Durante los dos últimos años se ha publicado nueva normativa referente al agua de aplicación en centros sanitarios. En las áreas donde se realizan cuidados aumentados, en las que se encuentran pacientes con mayor riesgo de adquisición de infecciones, el control microbiológico del agua es un componente fundamental para su prevención. El agua y las instalaciones relacionadas con ella, puede actuar como reservorio y vehículo de transmisión de microorganismos patógenos, tales como Legionella pneumophila, Pseudomonas aeruginosa, y diversas especies de enterobacterias, que pueden generar infecciones graves si no se controlan adecuadamente. La implementación de un monitoreo microbiológico riguroso es fundamental para detectar y prevenir la proliferación de estos patógenos e identificar las mejores medidas de control que garanticen un uso seguro del agua.

La limpieza en el entorno hospitalario es un aspecto esencial para la prevención de infecciones asociadas a la asistencia sanitaria y la protección de la salud de los pacientes y también, del personal sanitario. La diferenciación de áreas según la actividad realizada, el riesgo de exposición a fluidos biológicos y teniendo en cuenta también, la vulnerabilidad de los pacientes es fundamental para establecer protocolos de limpieza adecuados. Las zonas de mayor riesgo requerirán medidas más estrictas y una organización específica que garantice la eliminación de posibles microorganismos.